sábado, 27 de junio de 2015

Lejos aunque no tan lejos

Hay un lugar que queda en el centro de un país que no sé donde queda.
Lo vi en un sueño que creí  que era un sueño pero no fue un sueño.
Allí estaban todos los que no estaban una vez que yo estaba.
Se escuchaba una música tan maravillosa que no sé si era música pero lo era.

Hay un lugar que queda en el centro de un país que no sé donde queda.
Lo vi en un sueño que creí que era un sueño pero no fue un sueño.
Era el más hermoso sueño que nunca llegué a soñar pero quise soñar.
Soy afortunado por haber estado en un lugar que no es ningún lugar.
Por haber caminado por un camino que no era un camino.
Por haber llegado muy lejos aunque no tan lejos.


miércoles, 24 de junio de 2015

El mundo es de los malos.

Cuando el Chapulín Colorado decía: Síganme los buenos, provocaba una serie de acciones ridículas y previsibles que no hacían otra cosa que demostrar su torpeza. La cuestión era reírse de su torpeza. 
Yo creo que los buenos en el mundo entero son un 80% de la población. Es simplemente una creencia mía, no una cifra chequeada o comprobada realmente. Pero supongamos entonces que mi cifra es real. Imaginen por esta razón que si al Chapulín lo hubieran seguido, así de golpe, tanta cantidad de gente, lo hubieran aplastado a su paso y sin piedad. Lo cual demuestra la torpeza de la que hablo. Los buenos son torpes porque no tienen maldad.

De acuerdo con mi estadística queda en claro que los malos son el 20% de la población mundial. O sea que los buenos los cuatriplícan. ¡Qué bueno! dirán ustedes y con razón. Yo también lo digo aunque lo malo sea que no tiene nada de bueno. Recuerden un dicho que dice: lo bueno, si breve, dos veces bueno. En este caso concreto es algo muy malo.

Vayamos a los hechos de mi exposición. Los buenos trabajan. Aman de verdad. Se preocupan por sus semejantes. Tienen amigos que los quieren por lo que son. Crían a sus hijos preocupándose por el futuro de ellos. Desean vivir en paz. Viven en paz. Son buenos compañeros con sus compañeros. No aspiran obtener lo que no es de ellos. Sí ganárselo con trabajo y talento. Son valientes. Si señores, los buenos son valientes. No le temen al fracaso porque generalmente eso es parte de sus vidas.

Sigamos con los malos. Viven del trabajo de los demás. No tienen escrúpulos. Son los exponentes del haz lo que yo digo pero no lo que yo hago. Roban, corrompen y hacen la guerra. Fabrican armas. Saben que el mundo no tendría hambre si ellos no se enriquecieran tanto. No les importa. Les predican a sus hijos la moral y las buenas costumbres y luego comercian y ganan fortunas con la droga y la muerte. Comandan las naciones. No tienen amigos. Sus “amigos” están con ellos por intereses. No saben lo que es ser amados. Quien esté con ellos es por dinero. Ansían el poder. Tienen el poder. Son cobardes porque le temen al fracaso.

Son pocos pero hay que reconocerlo; dominan el mundo porque todos sus semejantes son sus rehenes. El mundo es de los malos.

Yo propongo algo. Que los buenos tomen las armas y salgan a matar a los malos. Recuerden que es una lucha del 80% contra el 20%. Es cuatro a uno. No puede haber ni la más mínima posibilidad de derrota. Se termina de esta manera con la dominación internacional de los malos y en un santiamén el mundo pasaría a ser de los buenos. Creo que es una buena sugerencia; matarlos por un buen ideal. Después de todo, tratándose mi idea de cambiar el mundo, liquidar a todos los malos no tiene nada de malo.