El día
que empezó aquel año terminé mi relación con ella. El día que terminó el año
anterior a ese, empezaba mi relación con ella. Así era yo siempre: rápido para
los negocios y lento para que perduren.
Un día
fui millonario, hace tiempo, logré en un instante lo que a otros les lleva toda
una vida: gané la lotería. Cuando cobré el dinero, contante y sonante, contraté
-es una manera de decir- a diez mujeres hermosas para que pasaran una semana
conmigo, con todas las "aspiraciones" habidas y por haber. Sólo duró
un día; me durmieron y se llevaron toda la plata.
Un día me
enamoré de una mujer que no viene al caso, al otro día la odié. No pude soportar que no supiera hacer un café
que me mantenga siempre despierto. No soporto dormirme desde que aquellas mujeres
me robaron.
El día
que empezó aquel año supe que iba a ser el último en el que todo me durara
"nada", porque me lo propuse. Así no puedo seguir, me dije, ayer
conocí a la mujer más maravillosa que se ha cruzado con mi vida, y hoy la
pierdo en un cerrar y abrir de ojos. Sí, porque cuando desperté ya no estaba. El aroma
del café humeante recién hecho fue lo primero que se metió en mi nariz esa
mañana. Por esa razón descubrí dos cosas importantes: algo más podía entrar por mi
nariz y ella sabía hacer el más rico café sin que dejara de ser fuerte.
En los
días, semanas y meses de aquel año la busqué sin descanso. En los años
siguientes también. No volví a tomar café desde el día que empezó aquel año.
Pero mi insistencia, mi propuesta a mí mismo, tuvo su premio.
El primer
día de este año, la vi de madrugada salir de un cabaret. Flaca, desgarbada, mal
vestida y peor pintada. Me desplomé. Mil años le pasaron por encima, y mil
hombres también. Era un espantapájaros con su mirada perdida en un horizonte
muy lejano.
Ahí
nomás, el día que empezó este año, yo empecé otra vez mi relación con ella. Me cambió la
vida. Entró nuevamente por mi nariz el aroma del café recién hecho y el perfume
de su cuerpo. Nada más, lo juro.
El día
que termine este año, sé que terminaré mi relación con ella. No podré soportar
más que el día que empiece el nuevo año, mi vida siga siendo tan aburrida y sin
"aspiraciones", entonces, la asesinaré, total ya me enseñó a hacer un
buen café y muy fuerte.