A ti que en mi mente existes.
A ti que pisas mi alma.
Deslizándose en ella tu aura.
Te escribo estos versos salvajes.
Léelos sin saber jamás
que cada letra pensada por mi
destella tu luz tal cual arco iris.
Tampoco de mi arrebato sabrás.
Pasión desmedida, así la llamo.
Es por este deseo desenfrenado
de tenerte siempre atrapada
en mi red tejida sin manos.
Mente macabra, egoísta, dulce.
Capaz de hacerte mía sin que lo sepas
aunque lo sientas en tus entrañas dolidas.
Me dicen que no has nacido.
O si, quién sabe, quién no lo sabe.
Bajo todos los cielos te veo
me cuenta mi alma en desconsuelo.
Mundos extraños en el firmamento
cobijan tu espíritu que no descansa.
Todas las blancas lunas
iluminan tu piel que imagino pura.
Existes mujer donde sea
por eso te ruego que así sea,
guía mi mano para que escriba
deja la otra que seque lágrimas
de estos ojos tan ciegos pero tan ciegos
que ya no son míos.
Sí de todos los hombres
que no ven lo que yo veo.
Tu luz mi camino señala
la existencia que aquí venero.
Ese umbral que no logra sanar
la herida que un puñal causa
clavado siempre en mi sublime pecho.
Quítame esta espina
que tanto mal me provoca.
Mátate con ella si tienes piedad
por este ser que no vive si en vivir te empeñas.
Entonces mi mente empezará a soñar
cuando sepa que ya no estás, si es que existes.
El amor y sus manifestaciones, el mejor de los elixires, crea adicción sin cura, enfermedad sin diagnostico, muerte sin certificado de defunción.
ResponderEliminar"Si existes me dueles y si no vives me muero porque habre perdido mis dias buscandote"