Nací en un país
ubicado en lo más sur de las Américas. Bien lejos de todo.
Cuando era niño
imaginaba que las nubes que veía en el cielo estaban encima de otros países, pero no en el mío.
Esa está sobre
España, aquella sobre Brasil, ni que hablar de la más lejana que está sobre Canadá.
Era mi manera de
ubicarme en un mundo que creía tan pequeño como mi lugar en él.
Mientras crecía
iba descubriendo que estaba muy lejos de todo. No soñaba que podría alguna vez
salir de ese, mi espacio en el mundo.
Un día, un chico
del barrio se fue con sus padres a vivir a España. Todos los chicos fuimos a
despedirlo al puerto de donde partió su barco.
Me di cuenta
entonces de que ese país quedaba muy lejos y también que ninguna nube que yo
hubiese visto estaba sobre España.
Allí supe que sí
podría algún día irme del sur de las Américas. No me pareció tan difícil.
Lo hice. Ya de
grande me alejé de mi pequeño mundo aunque no tantas veces ni tan lejos como
hubiese querido. Porque nunca me resultó tan fácil.
Nací en un país
que queda bien lejos de todo.
Tan lejos que
nada está tan cercano a mi corazón como mi pequeño mundo.
La lectura a veces calma mi ansia por viajar, y sin duda este texto me ha hecho sentir que he viajado a ese tu mundo tan lejano desde el mio aquí ahora. Y te aseguro que compartimos las mismas nubes, esas nubes que te ven escribir historias tan bellas como esta. Gracias Ricardo =)
ResponderEliminarGracias, Basha. Veo una nube que está sobre México.
EliminarUn día de estos me subiré a una y bajaré por allá =)
Eliminar