domingo, 24 de octubre de 2010

Carta desde el Viejo Mundo.

La historia de amor que comencé con: "Carta desde el Nuevo Mundo", sigue con esta segunda carta.


Mi amado, esposo:

Seis meses después de escrita tu carta, la he recibido de manos del noble misionero, con la esperanza intacta de que estuvierais vivo. Jamás dude de eso y, por lo tanto, el negro no ha sido mi vestido durante estos cinco años y medio de tu ausencia. Mi vida y la de las niñas, no fue fácil sin ti, ni tampoco lo será en los próximos meses. No importa cómo ni el tiempo que tarde, sólo te pido una cosa a partir de que leas estas líneas: No os ocurráis morirte porque vamos por ti.

Sí, con nuestras dos hijas que te extrañan como yo, nos embarcaremos al Nuevo Mundo, a La Ciudad de los Reyes, para que nunca volvamos a separarnos. Cuando recibáis esta carta de manos del buen misionero que regresa con la orden de evangelizar allí, ya estaremos viajando. No te asustes por nuestra travesía, ni por los pesares que viviremos en meses de viaje, nada superará la angustia de los años que no te he tenido en mis brazos. Ya me ha contado este servidor de Dios de lo duro que será cruzar el inmenso mar que nos separa y, del recorrido por tierra que tendremos que hacer a través de lugares inhóspitos; es más, por las niñas me rogó que no lo hiciera. Imposible, no me conoce, a mi nada me detendrá, te devolveré la vida que crees se te está yendo de las manos. Por ti he vivido y contigo moriré.

Nuestra más pequeña, que gracias al cielo ya está mejor de su delicada salud, cumplirá 10 años durante el viaje, su hermana mayor ya está en los 12 y ambas son preciosas, lo verás, estarás orgulloso de tus hijas y de mí que tan bien las he criado. La pequeña sólo necesita abrazarte para terminar de curarse, no hay un solo día que no me haya preguntado por ti, tu calor de padre le dará lo que le falta para tener una larga vida. Y no os preocupéis por lo que vivirá ella en este largo trajín que nos espera, lo soportará todo porque lleva nuestra sangre; la mejor de toda España.

Tú no eres un hombre vencido para mi, sólo eres alguien que fue en pos de un sueño, como muchos de esta tierra lo han hecho, y te encontraste con la realidad que no esperabas. Hicisteis lo imposible, mucho más de lo que la mayoría de los hombres hacen; fuisteis a enfrentarte con lo desconocido por nosotras, por darnos una vida de princesas. Yo te digo, mi amado, que la tendremos. Contigo seré una reina, la de esa modesta casa en la que dices que vives y que convertiré en un palacio.

Te quitaré cada insecto, larva o lo que sea que se haya metido debajo de la piel. Lameré tus cicatrices hasta que no te queden huellas en el cuerpo. Haré que tu cabello recupere el color y la fuerza que tenían; te alimentaré de tal manera que volverás a ser fuerte como el toro que fuisteis. Todo lo haré con mis caricias, en noches interminables de amor. Nuestro encuentro será como la primera vez que fui tuya. Volverás a ser el hidalgo caballero que se fue de aquí hace tantos años. Me envidiarán las mujeres del Nuevo Mundo por tener a semejante hombre en mi lecho. Te envidiarán por tener a una mujer con mi fuerza y belleza que aún conservo. Conquistaremos el Perú, te lo juro por el santísimo.

Todos estos años de soledad he lamentado que no me quisierais llevar contigo; quizá fue lo mejor, no lo se, seguramente no era el momento para nuestras pequeñas, pero todo llega. Hoy es el tiempo de nuestra conquista, de empezar a construir el futuro. Dios sabe por qué tuvimos que pasar tantas tristezas, seguramente nos preparó para lo que vendrá, eso que será la buena vida que soñamos tantas veces cuando estábamos juntos aquí. No estoy dispuesta a dejar pasar esta oportunidad.

Resiste, se fuerte, allá vamos. Te amo como si me hubiera enamorado ayer de ti. Comienza a mirar el horizonte con fe, en cualquier momento me verás llegar con nuestras pequeñas y nos fundiremos en un abrazo que será eterno, sólido, para siempre. Así viviremos, como si fuéramos uno, hasta que el Señor nos reciba.

Arancha, tu luz que no se apagará nunca.

2 comentarios:

  1. ¡Que carta más bonita!
    Gracias Ricardo.
    Un gran beso

    ResponderEliminar
  2. Bello escrito..amor sin tiempo ni final.
    Felicidades!

    ResponderEliminar