miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mi inocente, Weena.

Weena, los Eloi, los Morlocks, el Viajero y la Máquina del Tiempo: personajes, elementos, vida que enriqueció mis sueños con letras que me hablaron alguna bendita vez. Imaginación que despertó en mi, ilusiones de mundos futuros o de un ayer que no he vivido.

Pienso, existo de aquí en más observando con mis ojos cerrados a esa mujer que he de amar. Dulce, inocente, desprotegida, sin conocer el pasado. Es Weena, tal cual con sus ojos celestes, su vestido rosa, su cabello ondulado y rubio. Es ella que me necesita, que me mira sin temor porque no sabe lo que es el miedo. A mi no me teme y quizá debería. Llego de lejos, de un mundo extraño, convulsionado, agresivo, sin convicciones. Su mundo es el que deseo para compartir con ella todo el amor que tengo para darle. Pero no es el mío.

He cruzado el espacio para estar aquí. Luchando contra monstruos iluminados por el otro lado de la luna. Seres oscuros que trataron de impedir mi llegada a vos. Estoy en este lugar para que confíes en mi corazón abierto que te ha buscado por los siglos y siglos que han quedado atrás, en mi viaje interestelar a través del tiempo. Sólo tienes que amarme y seguirme como lo deseo.

¿Qué dices, Weena de mi alma? ¿Qué no te dejan viajar a mi pasado conmigo? ¿Quiénes? Ah, ya sé, son ellos, los malditos Morlocks que no te quieren perder. Los que no dejarán jamás que expreses tus sentimientos. Ellos que no te dejan crecer para que ames como tu corazón te dice que ames: A mí, tu vida de allá lejos. A mí que he venido de quién sabe dónde a traerte el futuro desde mi pasado violento. Tú que no has nacido en mi mundo, estás frente a mí en este y no te atreves a ir conmigo más atrás de tu nacimiento que alguna vez ocurrirá.

No he llegado hasta aquí para volver solo, no, nadie impedirá que subas a mis sueños y atravieses el espacio infinito hasta mi morada. Te llevaré aunque tenga que matar por ello. Perdóname, mi amor, no debí decir eso, no, saco a relucir la miseria humana que otros me han enseñado y yo he aprendido con dedicación absoluta. Es que no conoces mi mundo. No temas, no soy como todos, tengo al alma llena de amor que a ti te daré porque no quiero regresar con esta carga hacia el pasado que es mi presente.

¿Un Eloi? ¿Existe un Eloi que te pretende? No, no lo permitiré. Tú eres mía, te he soñado en la oscuridad de mi cuarto durante años. Tu piel virgen de manos extrañas será recorrida por mi nada más. Tu desnudez tímida y escondida me pertenece. Te enseñaré a amar como nunca lo has hecho, Weena, mi amor esperado, soñado. Maldito Eloi que me molestas, no lo hagas, vengo de allá lejos y no sabes de lo que soy capaz. Puedo retroceder en el tiempo e impedir que nazcas. Desaparece de mi vista, de la de Weena, o lo hago. Aléjate de nuestras vidas. Te lo ordeno. ¿Me enfrentas? ¿Te atreves? Desaparece.

Weena, sube ya a mis sueños, no pierdas tiempo con quienes no dejan que seas mía. Vamos, te enseñaré mi mundo, aprenderás a respirar en él, te haré feliz, te lo prometo. El tiempo se acaba, se va como el agua entre mis dedos. Ya debo irme porque mi sueño se diluye. Sube por favor, ven, no podré vivir sabiendo que aquí vives, sintiendo que allá no vivo. Me estoy yendo, me esfumo de tu mundo mujer del futuro. No te dejaré aquí. Debo irme, no es este mi lugar. Weena, mi sol, mi amor, mi cielo, no destruyas mis sueños. Te lo suplico. Ven. No me obligues.

Lo siento mujer que ya no serás mía. No deberías nacer nunca. Está escrito en mi mente que con mis manos allá en el futuro y porque así lo querrás, te quitaré la vida. Tu inocente y adorable vida.

3 comentarios:

  1. Un sueño muy agitado e inquieto, es muy bonito
    un relato futurista y a la vez, quien sabe quizas algo retro, te felicito. Ana Olmo

    ResponderEliminar
  2. Me encanto, muchas gracias!

    ResponderEliminar