viernes, 1 de mayo de 2015

La bibliotecaria.



Su camino diario no es el mismo que ven los que la saludan a su paso. Su especialidad es un don, cambiarles el mundo a lectores casuales y repentinos que visitan su escritorio. Por cada libro que da, una esperanza entrega. La misma que ella vive.
Su exterior es a veces un teatro isabelino, otras una campiña verde y perfecta o mil ciudades imperfectas. Amores de novelas, desamores de mil letras.
Ella, desempolvando sabiduría de abarrotados estantes es privilegiada de los dioses. Del Olimpo y de los otros. Sublime su profesión. Sublime su vida.

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