sábado, 19 de diciembre de 2009

Sueño de Navidad.

Pasó en una Navidad, lo recuerdo como si fuera hoy. Nevaba en mi ciudad. En todo el país nevaba. El mundo entero se encontraba bajo una persistente caída de copos blancos, que cubrían con un manto inmaculado a este planeta que no era tan inmaculado. Fue aquella vez, sí. Como un milagro ocurrió. Millones de lucecitas de colores titilaban e iluminaban las calles, las rutas, los campos, los hogares y las ciudades enteras.
Los árboles multicolores en cada casa. Las nueces y castañas asadas; los manjares en esa noche fantástica, adornaban las mesas preparadas con manos amorosas para recibir a todos: las familias, los amigos. Los niños jugaban como deberían hacerlo siempre y cantaban villancicos. Los mayores los amaban y se amaban unos a otros como debería ser siempre.
Millones de Papás Noel, entraban por las chimeneas, puertas y ventanas de cada hogar, para dejar sus regalos a los niños y a los que no lo eramos.
En los hospitales no había enfermos esa noche. En los ejércitos, las armas se inutilizaron. Los gobernantes que deben decidir el destino de cada habitante, no pensaban en si mismos, sino en todos. En esta casa, nuestra única casa en el Universo, no había distinciones, ni razas superiores, ni distintas a otras. Todos eramos iguales. Cada uno con su religión y creencia, pero iguales.
Esa noche, brindamos, nos besamos y abrazamos. Vimos volar a los niños que volvieron a ser ángeles. Nosotros también volamos. Porque esa noche mágica recordamos lo que alguna vez fuimos. Lo hicimos mientras mirábamos por la ventana de nuestros hogares la nieve caer y pensamos, mucho pensamos. Soñamos que si todos los días fueran como esa noche, no escucharíamos más mentiras. Creeríamos en aquel que tenemos al lado, en un mundo sin desigualdades.
Sí, fue una Navidad. Así pasó. Lo recuerdo como si fuera hoy.

1 comentario:

  1. Sería maravilloso si el espíritu navideño perdurase todo el año... Màgico como la mayorìa de tus cuentos, me gusto ...

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