jueves, 5 de mayo de 2011

Pequeñeces sin títulos 2.

Mis dedos acarician las teclas

imaginando la suavidad de tu piel.

Dibujando palabras dulces

que escuchan tus ojos.


Sólo la luz de mi máquina.

Y mucha paz.

Es todo lo que necesito

para pensar.

En el ventanal impreso

la ciudad de noche.

Sin vida aparente.

Dónde estarás…

es mi pregunta inquieta.

Tu silencio intrigante

por esa sabiduría

que te enseñó el tiempo

es tu simple respuesta.


Tengo suerte.

Veo los colores

de tu aura traviesa.

Allá lejos.

Detrás de esas siluetas

del otro lado del vidrio.

Es tu luz

que moja mi alma.


Veo tus alas desplegarse.

Me envuelves

Me proteges.

Me sorprendes.

Mi ángel.


Es de azúcar.

Bañado de lágrimas dulces.

Caídas de la nube que descansa en tu cielo.

Dibujado por manos hacedoras del tiempo.

Amado en tus sueños.

Castigado en la vida.


Es de azúcar.

Tiene el cielo ganado.

Lo sabe mi alma impaciente

que no olvida esa luz de tus ojos llorosos.

Tu andar suave delante de mi

y tu sonrisa tierna de sabia mujer.


Es de azúcar.

Nunca más verdadero.

Lo aprendí con sólo mirarte.

Lo sentí con sólo amarte.

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