miércoles, 9 de septiembre de 2015

Fue, alguna vez fue.


Fue ayer o antes de ayer, casi no lo recuerdo, es que a veces mi memoria que los años deterioran no me deja un espacio en el cerebro para no olvidar lo que olvido. No importa el momento, sólo sé que la vi de repente, haciéndose presente con tanto desparpajo que, hoy, de mi asombro no salgo.
Es que a veces peco de ser bastante inocente, como un niño de pecho para dar un ejemplo, y termino sufriendo porque estos acontecimientos seducen hasta a un ciego que ve lo que no debería ver ni por asomo, pero sí, lo ve, y con asombro.

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