domingo, 27 de diciembre de 2009

2010.

Nace una nueva década del 10. Cada fin de otra, es una esperanza que se renueva. Una década en que los autos volarían, caminaríamos por la luna, viajaríamos a Marte y llegaríamos a Japón en una hora. Nada de eso pasará en los años diez, no, pero todo será mejor que lo que ya vivimos. Cada deseo a las doce de la noche cuando comience el nuevo año, será el de todos los años a la misma hora: que seamos felices; con salud, trabajo y amor. La fe es lo último que perderemos. Será cuando el Universo se detenga. Pero no lo hará por ahora, lo sé. El 2010 será nuestro año. Mi año; lo sé también.
Volaremos con nuestra imaginación, caminaremos por toda la Tierra, viajaremos a las estrellas con nuestros sueños y llegaremos a donde tenga que ser en el tiempo que tenga que ser. Lo demás ocurrirá en cien años, quizá.
Cuando amanezca ese primer día de 2010, el sol que nos ilumine no será el de siempre; será uno nuevo, con la luz que necesitamos para que se cumplan nuestros deseos. Aquí, en esta vida, que parece ser siempre la misma. Pero no lo es porque un nuevo año de ilusiones comenzará. Una nueva y auspiciosa década del 10.


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