sábado, 8 de enero de 2011

A ti que existes.

A ti que en mi mente existes.

A ti que pisas mi alma.

Deslizándose en ella tu aura.

Te escribo estos versos salvajes.

Léelos sin saber jamás

que cada letra pensada por mi

destella tu luz tal cual arco iris.

Tampoco de mi arrebato sabrás.

Pasión desmedida, así la llamo.

Es por este deseo desenfrenado

de tenerte siempre atrapada

en mi red tejida sin manos.

Mente macabra, egoísta, dulce.

Capaz de hacerte mía sin que lo sepas

aunque lo sientas en tus entrañas dolidas.

Me dicen que no has nacido.

O si, quién sabe, quién no lo sabe.

Bajo todos los cielos te veo

me cuenta mi alma en desconsuelo.

Mundos extraños en el firmamento

cobijan tu espíritu que no descansa.

Todas las blancas lunas

iluminan tu piel que imagino pura.

Existes mujer donde sea

por eso te ruego que así sea,

guía mi mano para que escriba

deja la otra que seque lágrimas

de estos ojos tan ciegos pero tan ciegos

que ya no son míos.

Sí de todos los hombres

que no ven lo que yo veo.

Tu luz mi camino señala

la existencia que aquí venero.

Ese umbral que no logra sanar

la herida que un puñal causa

clavado siempre en mi sublime pecho.

Quítame esta espina

que tanto mal me provoca.

Mátate con ella si tienes piedad

por este ser que no vive si en vivir te empeñas.

Entonces mi mente empezará a soñar

cuando sepa que ya no estás, si es que existes.

1 comentario:

  1. El amor y sus manifestaciones, el mejor de los elixires, crea adicción sin cura, enfermedad sin diagnostico, muerte sin certificado de defunción.

    "Si existes me dueles y si no vives me muero porque habre perdido mis dias buscandote"

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